La población.
Montevideo era una ciudad pequeña, con una población poco numerosa, según los escritos de Francisco Maciel, en 1775 contaba con mil y algo de habitantes y se calcula que en 1805 no sobrepasaba los 10.000 habitantes.
Predominaban los blancos, españoles o hijos de estos, pero también un alto porcentaje de pobladores negros, esclavos o libertos.
En la familia predominaba la autoridad del padre, y las costumbres tradicionales españolas regulaban las relaciones y la división de tareas entre los miembros. La mujer permanecía en el hogar y no tenía vida social intensa, aunque participaba de las reuniones y fiestas, especialmente de las religiosas.
Montevideo era una ciudad pequeña, con una población poco numerosa, según los escritos de Francisco Maciel, en 1775 contaba con mil y algo de habitantes y se calcula que en 1805 no sobrepasaba los 10.000 habitantes.
Predominaban los blancos, españoles o hijos de estos, pero también un alto porcentaje de pobladores negros, esclavos o libertos.
En la familia predominaba la autoridad del padre, y las costumbres tradicionales españolas regulaban las relaciones y la división de tareas entre los miembros. La mujer permanecía en el hogar y no tenía vida social intensa, aunque participaba de las reuniones y fiestas, especialmente de las religiosas.
Los vendedores ambulantes
El alumbrado se hacía con velas de sebo .Al oscurecer, los faroleros recorrían las calles con la escalera al hombro y la gruesa mecha de estopa encendida para prenderlos.
El vendedor de velas- Generalmente es un personaje de raza negra. Las velas eran colgadas de una vara que es llevada a

El panadero- Otro de los vendedores que se sumaban a la actividad diaria de venta callejera era el panadero. Con sus canastos a lomos del caballo, pregonaba sus productos atrayendo a la clientela y pasando casa por casa de sus habituales compradores.

Las viviendas
Las primeras viviendas fueron hechas con muros de barro y techo de paja o cuero. Más adelante, se empleó el ladrillo y la piedra, con alguna azotea.
A fines del siglo XVIII empezaron la edificación de casas de dos plantas con balcones.
Las viviendas se ubicaban a un lado y otro de calles estrechas y sin empedrar
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